sábado, 20 de diciembre de 2008

ENTREVISTA PARA LA REVISTA MUJERES DEL MUNDO

Lucy Sepúlveda V.
CHILE
MARÍA LEÓN BASCUR: Directora de la Revista Literaria Femenina “SAFO”. Paradigma chileno que, aproximadamente, hace 20 años abrió un cauce de acogida a poetisas dispersadas por el territorio. Esta vía sirvió como escape al silencio femenino y era la voz de protesta para enfrentar el oscurantismo literario que se vivía bajo el régimen militar.
1.- Como mujer trabajadora e incursionando en el campo literario ¿qué podrías referirme antes del año 1973 y después?
R. Como mujer trabajadora, antes de 1973, me desempeñaba como funcionaria pública del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Además, estaba abocada a la crianza de mis hijos; por ende, permanecía al margen de la literatura. Sí viví el sueño de verano que tuvimos cuando escuchábamos a The Beatles, nos vestíamos de hippie, leíamos a Neruda y a Corín Tellado, más un sinnúmero de revistas nacionales que fueron eliminadas por el régimen dictatorial. Personalmente me impactaba la fuerza de la poesía de Pablo De Rokha y César Vallejo.
Al inicio de la dictadura de Pinochet me vi obligada a renunciar a mi trabajo en el servicio público y con mi familia decidimos no escapar de Chile, país en que reinaba la voz del silencio y el miedo a la muerte. Los juglares de la época escribían poemas en panfletos los cuales de alguna manera llegaban a mis manos: Así comenzó mi entusiasmo por escribir poesía, arte a la que desde niña fui adicta.
En ese tiempo se asesinaron utopías, quimeras y esperanzas, pero el espíritu del poeta, como el fénix, surgía con hidalga efervescencia en medio del dolor y la clandestinidad, como una forma de vomitar la impotencia.
Mi inquietud literaria no dormía siesta y, en los avatares de ir de un punto a otro a vivir con mi familia, durante la década de los 80 en “Copiapó”, ciudad nortina, me inserté en el mundo de las letras. Finalmente, en Rancagua (1989), decidí dedicarme de lleno a la literatura y fundé la Revista Literaria Femenina SAFO. Cabe señalar que, en el Primer Encuentro de Escritores en Democracia, organizado por la Sociedad de Escritores de Chile y el diario La Nación, concretamente al inicio del Gobierno de la Transición, arribé a la capital con el primer número de “Safo” bajo el brazo, en cuya editorial se refleja el Centenario del Natalicio de Gabriela Mistral.
2.- ¿Existe algún motivo particular que te haya conducido a la creación de la única Revista Literaria Femenina que existe en Chile?
R. Sí. Más de un motivo: Viviendo en Rancagua, provincia natal del vate Oscar Castro (desaparecido a la fecha), quien fuera fundador del grupo “Los Inútiles”, presenté mis escritos, pero dicha entidad me negó el ingreso por no ser profesional y, para colmo, mujer. Frente a tal machismo -y sumando la carencia de un espacio para la voz de la mujer-, me rebelé a la actitud del presidente de “Los Inútiles” y, en un acto insurrecto y de osadía, hice surgir “SAFO”, nombre de la famosa poetisa nacida en Metilene, que viviera alrededor de quinientos cincuenta años antes de Cristo, en Grecia. Esta poetisa se caracterizó por se autora del metro sáfico y líder, para la época, de los derechos de las mujeres. Finalmente, el motivo primordial, ha sido la imperiosa necesidad de comunicar mi derecho a pensar, así como a tener libertad de opinión frente a los temas propios del sexo y, particularmente, de la poesía.
3.- Cómo directora de esta revista y por la experiencia que tienes ¿cuáles crees tú que serían las motivaciones que inducen a la escritura poética de las mujeres?
R. Creo que la inducen las mismas motivaciones que a los hombres: un afán de expresar sentimientos, de reconocerse y de trascender. Estimo que esta última motivación es no sólo lícita, sino una forma de conquistar eternidad. También es verdad que a la mujer la motiva el deseo de volar, de escapar de la jaula donde ha estado enclaustrada durante siglos, muchas veces convencida que su único rol corresponde al de ser buena hija, buena esposa y mejor madre…pero eso no es suficiente.
4.- ¿Crees que existe diferencia, en cuanto a temática, métrica, etc. entre poesía masculina y femenina?
R. En Chile existen poetisas tremendamente maduras. No olvidemos a Mistral, mujer que abordó una diversidad de tópicos. No sólo escribió rondas infantiles, sino que inmortalizó infinidad de temas universalizando materias que siempre han preocupado al género humano. En relación a la métrica y otros aspectos poéticos que pudiera darse, es cuestión de gustos y oficio. Si la escritura es buena y está bien estructurada vale para ambos géneros. Con la literatura de chilenas como Isabel Allende, Marcela Paz, Marta Brunet, estimo que es muestra fehaciente para afirmar que no existen mayores diferencias temáticas entre el hombre y la mujer. Por último, ¿qué tendría de malo si las temáticas difirieran unas de otras? Me parece natural que así sea. Sin embargo, las motivaciones -insisto- son las mismas.
5.- ¿Que importancia tiene para el país y para el continente en general abordar las palabras del alma?
R. No sólo tiene importancia para el país y el continente, sino para el mundo. Arrastra consigo la vital importancia del testimonio. Un país sin poetas es realmente pobre. Los sueños y las realidades unidos permiten crecer a los pueblos en la medida que se vayan conociendo y respetando. A Chile, se le respeta por sus Nobel, no por el Cobre. Este puede aportarnos bienestar económico como país, pero el otro, la poesía, la esperanza de ser auténticamente libres, de construir utopías, significan un gran alimento del y para el alma.
6.- ¿Opinas que se puede utilizar el lenguaje poético como “arma cargada de pasado, presente y futuro”?
R. Metafórica y literalmente creo que sí. Nadie vive sin pasado y todos soñamos con el devenir. Porque la poesía es un “arma cargada de pasado, presente y futuro”. Ha prevalecido en el tiempo y seguirá vigente como aporte fundamental para el crecimiento del espíritu de la humanidad. Ella no hace daño y es positivamente necesaria.
7.- ¿Señalarías algunas acciones concretas para que el problema de género no siga siendo una deuda pendiente en los diversos campos de la cultura (independientemente del país) y, en lo que es tu especialidad: la poesía?
R. Que las mujeres no dejemos de pujar y bramar para seguir pariendo, sin descuidar el amor, la seriedad y responsabilidad en la empresa que nos propongamos, esto es, de por sí, importante. Empero, la constancia es un arma vital para crecer como personas y derrotar el yugo machista. En cierta forma tenemos el deber de educar al hombre. Y, sin los prejuicios tradicionales, debemos esmerarnos para conquistar la felicidad y la seguridad en nosotras mismas, no permitiendo atropellos de ninguna índole. Por último, debemos cultivarnos a través de la lectura, y olvidarnos de luchar para ser iguales al hombre. Debemos trabajar para ser mejores en lo que emprendemos dentro de nuestra intrínseca calidad de hembra, porque esa es la única forma de alcanzar cimas y derrotar los prejuicios inculcados por nuestras abuelas.
Estimo que las mujeres de nuestra América deben desprenderse de los lastres dictatoriales machistas. Y para eso, sólo basta que seamos capaces de echarnos las envidias al bolsillo, arrancarnos de cuajo las trancas limitantes, y aprender a querernos y respetarnos entre nosotras mismas. En síntesis, superarnos en todos los planos, para –imitando a la lucha de la poetisa Safo- exigir con mayores fortalezas nuestro derecho a la igualdad, pero sin perder la feminidad.

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